lunes, 20 de abril de 2015

20 de abril de 1811, reglamento sobre libertad de Imprenta

El 20 de abril de 1811, durante el Gobierno de la Junta Grande, presidida por el moderadísimo Cornelio Saavedra, y por iniciativa del deán Gregorio Funes (que era un fenómeno en lo económico, pero en lo político atrasaba el reloj), bueno con esa gente detrás, la revolución dicta el Primer reglamento de libertad de imprenta de Buenos Aires que establece –entre otras medidas- una junta suprema de censura como tribunal. Allí debían ser enviadas las acusaciones de las obras publicadas.
Más tarde, en octubre de ese mismo año, el nuevo gobierno, esto es el primer Triunvirato (rivadaviano, muuuucho más progre, no?) establecería finalmente el Decreto de la Libertad de Imprenta.

El articulado del Reglamento dicen que todo hombre puede publicar sus ideas libremente y que las disposiciones contrarias a esta libertad quedan sin efecto; pero que el abuso de esta libertad es un crimen (…) si ofende derechos particulares y compromete la tranquilidad pública.

Para hacer las cosas claramente, la Junta propone integrarla con nueve de cincuenta ciudadanos honrados elegidos por el Cabildo, que no estén empleados en la administración del gobierno; y algunos miembros del Cabildo.

Se cuidaban especialmente las obras de religión (pa’ no ofender, no porque la iglesia sea un partido político…) y en caso de que los autores no se hagan responsables, respondían los impresores.

Esa misma fecha data la niña María Guadalupe Cuenca, la esposa de Moreno, una carta a su esposo, en la que le cuenta que hoy te mando el manifiesto para que veas como mienten estos infames; Agrelo[1] es el editor de “Gacetas con dos mil pesos de renta, por si acaso no has recibido carta en que te prevengo que no le escribas a este vil porque anda hablando pestes de vos y adulando a Saavedra;… se ha declarado enemigo nuestro y ha jurado que no volverás a beber el agua del Río de la Plata (…)
También sus compañeros del ala revolucionaria tenían mala prensa: del pobre Castelli hablan incendios, que ha robado, que es borracho, que hace injusticias, no saben como acriminarlo, hasta han dicho que no lo han dejado confesarse a Nieto y los demás que pasaron por las armas en Potosí, ya se ha visto que los que se han sacrificado son los que salen peor de todos

"Atentiendo a que la facultad individual de los ciudadanos de publicar sus pensamientos e ideas políticas, es no solo un freno a la arbitrariedad de los que gobiernan, sino también un medio de ilustrar a la nación en general, y el único camino para llegra al conocimiento de la verdadera opinión pública" (Discurso sobre la libertad de la prensa presentado a la Junta superior de gobierno, La Gaceeta, 22 de abril de 1811, edición facsimilar, Academia Nacional de la Historia, 1910).
La inestabilidad política y el conflicto entre facciones caracterizaron los primeros años de la Revolución en el Río de la Plata, generando permanentes dificultades a los sucesivos gobiernos instalados en Buenos Aires. En medio de la convulsión social y política de los primeros meses de la Revolución, donde circulaban toda clase de rumores y se especulaba con conspiraciones, Mariano Moreno advirtió la necesidad de publicitar los actos del gobierno a través de un órgano oficial de prensa. Y para ello, fundó La Gaceta de Buenos Aires. Dueño de una pluma ferviente y de espíritu militante, el secretario de la Primera Junta fue el primer redactor de este periódico, que se publicó entre el 7 de junio de 1810 y el 12 de septiembre de 1821.
La Gaceta aparecía los días jueves y fue el único periódico que se editó en Buenos Aires entre febrero de 1811 (fecha en que dejó de aparecer El Correo de Comercio, editado por Manuel Belgrano) hahsta junio del año 1812, en que comenzó a circular El Grito del Sud. Desde entonces, al abrigo de tiempos más calmos, la actividad de prensa en Buenos Aires fue mucho más prolífica y a su vez aumentó la cantidad de lectores. Lo cual explica, la circulación de diversos periódicos, folletos y pasquines.
Varios actores de la Revolución (civiles, eclesiásticos y de distintas tendencias políticas), se desempeñaron como redactores de La Gaceta en diferentes momentos: Manuel Alberti, Gregorio Funes, Pedro José Agrelo, Bernardo de Monteagudo, Camilo Hernández y Julián Álvarez, fueron algunos de los periodistas que llenaron sus páginas con noticias, reflexiones políticas e información de movimientos económicos. La colección comprende 590 números comunes, 185 extraordinarios y 53 suplementos.
El 20 de abril de 1811, por iniciativa del Deán Gregorio Funes, la Junta Grande a cargo de Cornelio Saavedra estableció, mediante un decreto, un reglamento de libertad de prensa. Lo interesante de este hecho fue que al mismo tiempo dispuso la creación de una Juna Suprema de Censura cuya función era "asegurar la libertad de imprenta, y contener al mismo tiempo su abuso". Por lo cual, dicho organismo oficiaría de receptor de las posibles acusaciones frente a las notas publicadas en la prensa. Este decreto ha sido una copia textual del promulgado por las Cortes de Cádiz en España en noviembre de 1810, el cual intentó organizar el país introduciendo algunas reformas liberales.
El reglamento de libertad de prensa se publicó en La Gaceta Extraordinaria de Buenos Aires el lunes 22 de abril de 1811. Por su parte, la Junta Suprema de Censura tuvo una vida efímera. En el mes de octubre del mismo año, ya en el marco del Primer Triunvirato que puso fin a la Junta Grande, se sancionó un decreto de Libertad de Imprenta que dejó a aquella sin efecto, reemplazándola por una Junta Protectora de la Libertad de la Imprenta.
Para conmemorar esta significativa fecha en la historia de la Revolución y del tratamiento de la cuestión de los medios de prensa, hemos seleccionado la portada del 26 de diciembre de 1810 de La Gaceta de Buenos Aires. Ese número forma parte de dos tomos encuadernados, correspondientes a los años 1810 y 1811, que pertenecieron al Gral. José de San Martín y que llevan la firma de su yerno, Mariano Balcarce. Varias páginas del periódico tienen anotaciones, que podrían ser de la mano del propio Libertador.
Una prensa impresora del 1800.

Una prensa impresora del 1790.
Maquina Offset 1815

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